Del lat. amiantus, y este del gr. ἀμίαντος amíantos; literalmente ‘sin mancha’.

El asbesto, también llamado amianto, es el nombre de un grupo de seis minerales metamórficos fibrosos, compuestos de silicatos de cadena doble. Los minerales de asbesto tienen fibras largas, resistentes y lo suficientemente flexibles como para que se puedan separar y entrelazar. Hay dos variedades principales de asbesto: las serpentinas, que corresponde al crisolito o asbesto blanco; y los anfíboles, que incluyen la crocidolita, la amosita, la antofilita, la tremolita y la actinolita.

Características como una extraordinaria resistencia a la tensión, su escasa termoconductividad y su relativa resistencia al ataque químico, hacen que el asbesto se haya usado en una gran variedad de productos manufacturados, principalmente en construcción, productos de fricción, materiales termorresistentes, etc.

La presencia del amianto por sí solo en diferentes materiales no supone un riesgo para la salud, pero cuando estos materiales sueltan las fibras que contienen al ambiente, como sucede en diferentes trabajos que implican su manipulación, resultan especialmente peligrosos. La exposición al amianto se produce a través de la inhalación de fibras que hayan podido contaminar el aire. La Organización Mundial de la Salud (OMS) informa de que actualmente, unos 125 millones de personas de todo el mundo están expuestas al amianto. Siendo todos los tipos de amianto agentes cancerígenos perjudiciales para la salud.

Aunque en España está prohibida la utilización y comercialización del amianto desde el 14 de diciembre de 2002, y en el ámbito de la Unión Europea se prohibió la utilización de todo tipo de amianto desde el 1 de enero de 2005. El amianto, que fue ampliamente utilizado en el pasado, continúa formado parte de numerosos materiales presentes en edificios, instalaciones industriales, maquinaria, vehículos de transporte, etc.

El Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo, por el que se establecen las disposiciones mínimas de seguridad y salud aplicable a los trabajos con riesgo de exposición al amianto, constituye la norma legal mínima en relación al amianto en nuestro país.